Por Pedro Francisco Pavez Leiva, Dr. en Teología.
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Resumen: Una frase muy conocida de Heráclito de Éfeso quien vivió entre los años 535-475 a.C, declara que “lo único constante es el cambio”. Los que vivimos el cambio del siglo XX al XXI, notamos mega transformaciones entre la cultura del siglo pasado y la actual
Este cambio cultural desafía al pastor pentecostal en cuanto a dar una respuesta bíblico-teológica ante tres temas de suma relevancia: a) El desafío del pensamiento subjetivista actual, b) El desafío de la elección sexual en la cultura actual, c) El desafío paradigmático pastoral en la cultura actual. Estos tres temas serán abordados de manera independiente por la extensión de los artículos. Los cuáles serán publicados en su debido orden.
El pastor evangélico pentecostal y tres desafíos en la cultura actual.
El pensamiento y comportamiento del mundo ha cambiado y nadie puede negarlo. Esto trae como consecuencia, desafíos que le presenta la cultura actual al pastor evangélico del siglo XXI. El ministro de la presente era contemporánea se ve enfrentado a estos cambios culturales, que involucran lo social, lo ético, lo moral, sexual, emocional y lo religioso. No obstante, el pastor evangélico del siglo XXI, para poder realizar su tarea efectivamente necesita comprender estos cambios culturales que se están desarrollando en nuestro tiempo contemporáneo y tener una respuesta bíblico-teológica contundente para argumentar sólidamente ante todo aquel que demande razón de la fe y la esperanza que hay en nosotros (1 P 3:15).
El presente ensayo, por la extensión del artículo original, tiene como objetivo enfocarse solo en primer tema que me parece vital para la vida del ministro, de su familia, de su congregación y porque no decirlo de la sociedad y aportar con una respuesta bíblico-teológica que pueda ser de utilidad para el ámbito pastoral y eclesial. Los otros dos serán publicados próximamente.
El primer tema es: El desafío del pensamiento subjetivista en la cultura actual.
En este tópico lo que se abordará es comprender el posible origen y desarrollo del cambio de paradigma del pensamiento de las épocas pasadas a la época actual donde reina el imperio del pensamiento subjetivista y relativista de todo, lo que da por resultado, el sepultar las reglas, el respeto, la culpabilidad, el rendir cuentas.
El segundo tema es: El desafío de la elección sexual en la cultura actual.
En este tema se busca comprender cómo se ha llegado en la cultura actual al triunfo de lo erótico y sexual y sus distintas elecciones u orientaciones sexuales que la sociedad actual práctica.
El tercer tema es: El desafío paradigmático pastoral en la cultura actual.
En este tema se abordarán algunas características del pastor evangélico para poder hacer frente a la cultura actual. Se persigue en el presente trabajo, entregar una respuesta bíblico-teológica en cada uno de los tres temas a desarrollar, se buscará estar a la altura de lo que esta generación nos está pidiendo y en otras ocasiones exigiendo. Es mi convicción firme y segura que si lo logramos seremos de gran bendición a nuestra familia, ministerio, sociedad y generación que a Dios le plació que sirviéramos. (Hch 13:36). Veamos el primer desafío.
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El desafío del pensamiento subjetivista en la cultura actual.
Acerca del tema que vamos a abordar en este momento, es relevante considerar primeramente que si se desconocen los rasgos y generalidades de la sociedad y cultura en la que vivimos, entonces no podemos responder ante los desafíos que nos presenta el pensamiento subjetivista de la sociedad actual. La pregunta que intentaremos responder entonces es: ¿Cómo llegamos al impero del pensamiento del “yo” subjetivo en la cultura actual secularizada, ya que está instalado en la sociedad actual? ¿Cuál fue su origen y posterior desarrollo?
Para empezar, definamos lo que es secularización: es un proceso en que se da preeminencia a la razón, la ciencia y la libertad de pensamiento del ser humano en oposición o distanciamiento con respecto al poder y autoridad de lo religioso. En palabras de D. Carson la secularización es:
el proceso que elimina progresivamente del foro público la religión y la consigna al ámbito privado; el secularismo es la postura que respalda y fomenta ese proceso. La religión puede ser muy importante para el individuo, y pocas personas seculares objetarán nada. Pero si la religión tiene alguna pretensión en lo tocante a la política en el foro público, se considera una amenaza, y además intolerante.[1]
Carlos Jiménez, sugiere que este proceso se inicia con el periodo de la ilustración en los siglos XVII y XVIII.[2] En consecuencia, la secularización expulsa de las instituciones y lugares públicos todo lo concerniente a los valores y principios cristianos que están revelados en las Sagradas Escrituras. Por lo tanto, todo tipo de decisiones y políticas públicas se tomarán en base a criterios de lo que se considere lo más adecuado al pensamiento de los que gobiernan en la sociedad y época que les corresponda vivir y ser autoridad.
A continuación, es relevante para nuestro tema considerar lo que propone Carl R. Truman en su libro el “Origen y el triunfo del ego moderno”, pues nos plantea una posible cronología de cómo fue naciendo y originando, para posteriormente manifestarse el desarrollo del imperio del pensamiento del “yo” subjetivo. Vamos a considerar lo propuesto por Trueman en los siguientes párrafos.
Primero: Trueman, nos habla de la reimaginación del ser. Trueman, plantea que todos tenemos una conciencia de ser un “yo”.[3] Es decir, me entiendo y soy consciente de mí mismo “mi yo”, en relación con los demás “yoes” y con el mundo que me rodea.[4] Sin embargo, en esta época posmodernista en que vivimos la prioridad está dada desde una perspectiva en la interioridad; donde la psicología interna del individuo, se auto percibe, autodefine y auto crea. En consecuencia, en la cultura actual son más relevantes los sentimientos, y escuchamos frases como esta: “así me siento”; se manifiestan las intuiciones: “lo percibo así”; por lo tanto, lo racional, coherente y biológico, queda descartado. En otras palabras, se ha reimaginado al ser humano desde el pensamiento interno subjetivo y muy personal.
Trueman, argumentará que se ha llegado al imperio del yo subjetivo y se ha reimaginado nuestra cultura, con las bases que han ido colocando ciertos pensadores. Trueman, propone que Philip Rieff, sociólogo y psicólogo explicará lo concerniente al triunfo del hombre psicológico. Rieff, trabaja la hipótesis de cuatro tipos de ser humano que han ido sucediéndose el uno al otro a través de las épocas:
- a) La cultura del hombre político: el ser humano encuentra su identidad en las actividades a las que se dedica en la vida pública de la polis,[5] b) Luego, sigue la cultura del hombre religioso: este es el ser humano de la edad media, el cual encuentra su identidad y sentido en la participación y compromiso en las ocupaciones de la vida religiosa, c) en tercer lugar, está según Rieff, el hombre económico: el cual encuentra su identidad y sentido en la actividad económica, d) finalmente para Rieff, tenemos al hombre psicológico: el cual no encuentra su identidad y significado en las actividades hacia afuera como las anteriores, sino más bien en la búsqueda interna de la felicidad psicológica personal.[6]
Otro pensador, que citará Trueman es el filósofo Charles Taylor, quien trabajará el tema de “el yo expresivo”; esto tiene el sentido de la libertad para expresarse en toda área de la vida del ser humano como éste quiera. Es decir, cada persona encuentra su sentido dando expresión a sus propios sentimientos y deseos.
El otro tema que Trueman rescata de Taylor es el tema del “imaginario social”, lo cual comprende la forma en que la gente común imagina su entorno social, su praxis y su sentido de legitimidad, y cómo se conecta con la política más amplia de la sociedad.[7] En este pensamiento del “imaginario social” el ser humano prescinde casi en su totalidad por completo de cualquier tipo de autoridad, donde la responsabilidad recae en el “yo” como agente constructivo de sí mismo.[8]
Finalmente, Trueman, citará a Alasdair MacIntyre, quien aborda el tema de “la rotura del discurso ético moderno”. En este tema MacIntyre expone que, el discurso ético moderno está en caos; porque no hay un consenso comunitario sobre la naturaleza de los fines propios de la existencia humana.[9] En el posmodernismo no existe acuerdo acerca de la moralidad; por lo tanto, cada persona la define desde sus sentimientos y no desde la moralidad del metarelato sagrado.
Esto lleva a comprender que como la sociedad carece de consensos sobre convenciones sociales o son muy disputadas, el caos ético, anarquía de pensamiento y subjetividad psicológica da como resultado la cultura actual. Increíblemente podemos observar que las instituciones, las universidades, los intelectuales, en vez de preservar la cultura del pasado y sus buenas tradiciones, las desestabilizan, son subversivos y quieren destruir toda autoridad e influencia del pasado cualquiera esta sea.
El pasado se ve como inferior al presente y el presente como inferior a lo que está por venir. La tecnología es relevante para adoptar esta actitud en la cultura actual. Se busca practicar el olvido del pasado. Se plantea un repudio básico de la historia como fuente de autoridad y sabiduría. La historia sagrada y sus doctrinas fundamentales se borran de las mentes de los que componen la cultura actual. ¿Cuál es el resultado lógico de este tipo de pensamiento? La autoconcepción de las propias preferencias personales, es decir, los imperativos morales universales subjetivos del “yo”. [10]
Segundo: Trueman, trata con el pensamiento de Jean-Jacques Rousseau. Luego, aborda el pensamiento literario romántico de William Wordsworth, Percy Bysshe Shelley, William Blake y Thomas de Quincey; Trueman propone que todos estos actores literarios han aportado para crear un nuevo entendimiento del “yo humano”; focalizado con un fuerte énfasis en las emociones y la vida interior de la persona.
En un momento dado se aceptó que la mente o voluntad son reconocidos como separados del cuerpo, o como elemento constitutivo separado de la persona. El hombre psicológico se convirtió entonces en una posibilidad conceptual muy real dando como resultado la dominación cultural en el posmodernismo.[11]
Además, en opinión de Trueman, los autores antes mencionados tendrían en su pensamiento una percepción de la sociedad o cultura como opresiva. Trueman, también plantea que los poetas antes citados: Percy Bysshe Shelley y William Blake, entienden que la cultura opresiva está identificada con disposiciones o normas sexuales del cristianismo y en una sociedad que legitima el matrimonio binario heterosexual y monógamo como ideal a seguir y practicar.
Tercero: Finalmente, Trueman, trata a tres importantes personas del pasado: Nietzsche, Marx y Darwin, quienes, desde sus respectivas propuestas, fundamentan que la historia de las sociedades o culturas es una compuesta por el binomio poder – opresión.
En opinión de Trueman, desde la filosofía, Nietzsche, plantea que se debe destrozar la metafísica del orden sagrado; es decir, el hombre debe crear su propio significado desde la individualidad expresiva. Desde la política; Marx, propone que existen los dominantes que son los opresores y los dominados que son los oprimidos; por lo tanto, el hombre debe mantenerse en el marco de lo inmanente (bienestar social) y olvidarse de lo trascendente (la vida eterna).
Asimismo, desde la ciencia, Darwin, plantea que los fuertes o los que saben adaptarse son los que prevalecen y los débiles mueren; selección natural de las especies, esto desde una perspectiva natural. Por lo tanto, el mundo tal como lo tenemos y conocemos no necesita ni ha tenido un diseñador, arquitecto divino, creador, sustentador y menos un salvador del ser humano.
Así pues, a juicio de Trueman, este trinomio compuesto por Nietzsche, Marx y Darwin, han eliminado de la cultura los valores y creencias cristianas tanto como los valores éticos y morales practicados por las sociedades del pasado. Nietzsche, desde la filosofía; Marx, desde la política; y Darwin desde las ciencias naturales han dado muerte a Dios para gran parte del pensamiento de la sociedad posmoderna y la cultura actual.
Además, en cuanto al tema que estamos tratando, es necesario traer también otro concepto ideológico que ayudó a la creación del imperio del pensamiento del “yo subjetivo” y es “el relativismo”. Este concepto filosófico lo podemos definir como el argumento que plantea que no existe una verdad absoluta o universal que sea válida para todas las personas, en todas las culturas y en todos los tiempos. Esto conlleva entonces a un sistema ético insostenible desde un punto de vista objetivo, pues cada individuo es autogobernable, autosuficiente y moralmente independiente.[12] Por lo tanto, habría tantas moralidades, principios y verdades distintas como “yoes” existentes.
En cuanto a la respuesta bíblico-teológica ante el desafío del pensamiento subjetivista en la cultura actual, podemos decir lo siguiente:
Primero: Los cristianos creemos en las Sagradas Escrituras como la verdad absoluta y la máxima autoridad en cuanto a regla de fe y conducta para el creyente. Los principios bíblicos son absolutamente aplicables para todo el ser humano independiente de su cultura, contexto y época (2 Ti 3:16-17; 2 P 1:21).
Segundo: sin Dios habitando en el ser humano se da que “todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo al mal” (Gn 6:5). La cultura o sociedad que no tiene a Dios en cuenta; desde su pensamiento subjetivo, rechazando la autoridad de la palabra de Dios “llama a lo malo bueno y a lo bueno malo” (Is 5:20-21).
Tercero: la respuesta de la palabra de Dios ante el desafío del pensamiento subjetivista en la cultura actual es proporcionada por el apóstol Pablo escribiéndole a la iglesia de los creyentes de Roma (Ro 12:1-2). Pablo trata el tema del pensamiento, mente y voluntad de los creyentes y declara “no os conforméis a este siglo”; no viváis según los valores que este mundo acepta, los que se propagan desde el imperio romano, y que están en oposición a la palabra de Dios, sino más bien “transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cual sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”. Ro 12:2.
La palabra “transformaos” viene del griego metamorfosis, que a su vez está formado por dos palabras “meta” implicando cambio y “morfe” implicando forma, el sentido es: “cambio de forma y apariencia”; es radical, como cuando un gusano se transforma en mariposa.[13] El término metamorfosis es traducido por Reina Valera como “transfiguración” en (Mr 9:2/Mt 17:2). Donde lo que ocurre es que la apariencia de Jesús fue otra, se dio en él “un cambio de apariencia y forma”. Es importante destacar que “morfe” alude a un cambio interno más que al externo. “su rostro resplandecía como el sol, y sus vestidos se hicieron blancos como la luz” (Mt.17:2). La palabra “renovación” proviene del griego anakainosis, “ana” atrás o de nuevo y “kainos”, nuevo, no en el sentido de reciente, sino de diferente; entonces el sentido es “hacer de nuevo, diferente”.[14]
La palabra “entendimiento” proviene del griego “nous” y significa “intelecto, mente, pensar, entendimiento”.[15] Entonces, el sentido es que, el creyente que goza de buena salud mental es aquel que “cambia su forma de pensar, la renueva y la hace distinta”. Sus pensamientos están en función de la obediencia a la palabra de Dios, así pueden discernir lo bueno, agradable y perfecto. La salud mental influye positivamente en la salud del cuerpo y, por tanto, de toda la integralidad del ser humano. El profeta Isaías habló de “los pensamientos y caminos de Dios que son más altos que los pensamientos y caminos de los hombres” (Is 55:8-9), la verdadera paz y tranquilidad está en pensar muy distinto a cómo piensa el mundo, el creyente debe pensar y vivir de acuerdo con lo que la palabra de Dios enseña como bueno, agradable y perfecto. Esto traerá la salud mental al ser humano y especialmente al cristiano (Fil 4:8).
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Referencias
[1] Carson, D.A. Cristo y la cultura: Una nueva aproximación. (Barcelona: Andamio, 2020), 146.
[2] Jiménez Rodríguez, Carlos. Crisis en la teología contemporánea. (Florida: Vida,1994), 27-28.
[3] Trueman, Carl. El origen y el triunfo del ego moderno. (Nashville: B&H, 2022), 22.
[4] Ibid., 23.
[5] Ibid., 48.
[6] Ibid., 49.
[7] Ibid., 28.
[8] Ibid., 80.
[9] Ibid., 93.
[10] Ibid., 97.
[11] Ibid., 120.
[12] Núñez, Miguel. Ética cristiana: Cómo navegar en tiempos turbulentos. (Nashville: B&H, 2021), 71.
[13] VINE, W.E. Diccionario Expositivo de Palabras del Nuevo Testamento (S-Z). (Barcelona: CLIE, 1984), 176-177.
[14] Ibid., (M-S), 348-349.
[15] Strong, James. Concordancia Exhaustiva de la Biblia, (Diccionario de palabras griegas). (Miami: Ed. CARIBE, 2002), 58.